Si decides alertar a las autoridades...
Llamas al presidente y le cuentas sobre la amenaza. Este llora y ríe como un niño. Le cuelgas. Te subes al convertible y partes rumbo a Madrid.
-La prensa tiene que saber de esto- repites en tu interior constantemente.
El camino es largo y caluroso. La ruta corta al desierto, como un cuchillo caliente a la manteca.
Manejas durante horas sin divisar siquiera una vieja gasolinera, hasta que crees divisar a una hermosa mujer que te saluda desde la banquina, 500 metros delante. Te detienes justo al lado de ella. La miras. Ella también.
-Sube, preciosa- le dices bajándote las gafas de sol. Ella sonríe y sube al convertible.
La noche no será tan larga después de todo.
Fin
PD: la mujer resultaría ser un hombre.
Llamas al presidente y le cuentas sobre la amenaza. Este llora y ríe como un niño. Le cuelgas. Te subes al convertible y partes rumbo a Madrid.
-La prensa tiene que saber de esto- repites en tu interior constantemente.
El camino es largo y caluroso. La ruta corta al desierto, como un cuchillo caliente a la manteca.
Manejas durante horas sin divisar siquiera una vieja gasolinera, hasta que crees divisar a una hermosa mujer que te saluda desde la banquina, 500 metros delante. Te detienes justo al lado de ella. La miras. Ella también.
-Sube, preciosa- le dices bajándote las gafas de sol. Ella sonríe y sube al convertible.
La noche no será tan larga después de todo.
Fin
PD: la mujer resultaría ser un hombre.